¿Qué es la espasticidad muscular?
La espasticidad muscular se caracteriza por un aumento anormal del tono o rigidez muscular. Se produce por un problema en el sistema nervioso central, que dificulta la comunicación entre el cerebro y los músculos. Es posible que los músculos se tensen sin su intención cuando los nervios que los controlan están dañados. ¿Has pensado alguna vez por qué algunos músculos se tensan sin motivo? Estos cambios se deben a la forma en que los nervios y los músculos se comunican entre sí.
La espasticidad muscular es frecuente en mi práctica clínica. Puede estar causada por enfermedades como la esclerosis múltiple o lesiones medulares. Una de mis pacientes, una mujer joven con una lesión medular, tenía mucha rigidez en las piernas, lo que le dificultaba caminar. Pudimos mejorar mucho sus movimientos llegando a la raíz del problema y elaborando un plan de tratamiento completo.
La espasticidad muscular puede darse en muchas partes del cuerpo, como los brazos, las piernas y la espalda. El nivel de intensidad puede variar desde una rigidez leve de los músculos hasta espasmos graves y dolorosos que dificultan el movimiento y las actividades normales. Se cree que la causa de esta enfermedad es un desequilibrio de los neurotransmisores que controlan la rigidez y la relajación muscular. En concreto, el ácido gamma-amino butírico (GABA) es muy importante para evitar que los músculos trabajen demasiado.
Se cree que en España viven unas 60.000 personas con enfermedades que pueden provocar espasmos musculares. Durante una sesión clínica, vi que un paciente con esclerosis múltiple sentía menos agarrotados los músculos después de hacer movimientos de estiramiento y fisioterapia.
Algunas personas pueden tener problemas con cosas fáciles, como sujetar una taza o abrocharse una camisa. Esto se debe a que la rigidez suele cansar y debilitar los músculos, lo que dificulta aún más los movimientos. La enfermedad también puede provocar contracturas musculares, que son acortamientos permanentes de los músculos que dificultan el movimiento de las articulaciones.
Un hombre de mediana edad con espasticidad grave en los brazos a causa de una lesión cerebral traumática fue un caso clínico muy conocido. Conseguimos reducir su espasticidad dándole fisioterapia y haciendo cambios en su estilo de vida. Esto le devolvió cierta libertad funcional.
Los nutrientes también pueden influir en la rigidez muscular. Por ejemplo, la ingesta insuficiente de algunas vitaminas y minerales, como el magnesio y el calcio, puede aumentar la rigidez muscular.
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Causas comunes de la espasticidad
La mayoría de las veces, la rigidez muscular está causada por problemas o daños en el sistema nervioso central. Esto puede ocurrir por muchas enfermedades, lesiones o problemas neurológicos que afectan al cerebro y la médula espinal. La esclerosis múltiple es una de las razones principales, porque ocurre cuando el sistema inmunitario ataca la cubierta de los nervios, dificultando la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. ¿Has pensado alguna vez por qué estas cosas ponen rígidos los músculos? Los daños detienen el flujo normal de señales eléctricas, lo que hace que los músculos se tensen sin que la persona lo desee.
Las partes del cerebro que controlan la acción pueden sufrir daños cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a esas partes. Los músculos de un lado del cuerpo suelen ponerse rígidos y sufrir espasmos. El ictus es la causa más común de lesiones en España, afectando a miles de personas cada año.
Por ejemplo, una mujer que sufrió un ictus no hace mucho sufrió espasticidad en el brazo izquierdo. Pudimos reducir su espasticidad y facilitarle la realización de actividades normales mediante una terapia dirigida.
Las personas con parálisis cerebral suelen tener espasticidad porque sus músculos no funcionan correctamente o sus habilidades de movimiento están afectadas. La mayoría de las veces ocurre antes del nacimiento y está causada por daños o un crecimiento anormal del cerebro. Los niños con parálisis cerebral suelen tener rigidez, lo que puede dificultar su crecimiento y desarrollo. Durante una sesión clínica, trabajé con un niño que tenía una importante rigidez muscular y padecía parálisis cerebral. Le ayudamos a controlar mejor sus músculos y a llevar una vida mejor dándole fisioterapia regular y otros cuidados de apoyo.
Otra causa importante de rigidez muscular es un traumatismo craneoencefálico (TCE). Si te das un golpe fuerte y rápido en la cabeza, puedes dañar las partes del cerebro que controlan los músculos. Por lo que he visto, las personas que han sufrido un TCE suelen tener problemas de espasticidad muscular y necesitan una combinación de tratamientos que les ayuden a tratar sus síntomas. Una persona que sufrió una LCT en un accidente deportivo, por ejemplo, tenía rigidez en los brazos.
La espasticidad muscular también puede deberse a problemas metabólicos y genéticos. Por ejemplo, las enfermedades que impiden al organismo fabricar determinadas enzimas o proteínas que los músculos necesitan para funcionar pueden causar problemas de tono muscular.
La meningitis y la encefalitis son dos infecciones que pueden afectar al sistema nervioso central. Pueden dañar e inflamar el cerebro o la médula espinal, lo que puede causar rigidez. Estas infecciones pueden alterar las vías de señalización normales del organismo, lo que puede hacer que los músculos se contraigan sin que la persona lo desee. Un ejemplo es el de una persona que contrajo espasticidad tras un caso grave de meningitis. Pudimos controlar su espasticidad y darle más movilidad tratando la infección y proporcionándole cuidados de apoyo.
La espasticidad muscular tiene muchas causas diferentes y complicadas, y estas razones suelen implicar daños en el sistema nervioso central.
Impacto en la movilidad y la vida diaria
Imagínese intentar subir escaleras con unas piernas que no quieren moverse. Para muchas personas con espasticidad, esto es con lo que tienen que lidiar cada día.
La espasticidad puede dificultar cosas tan cotidianas como vestirse, asearse o comer. Por ejemplo, puede ser muy difícil abrocharse una camisa o atarse los cordones de los zapatos cuando se tienen las manos rígidas y los dedos doblados debido a la tensión muscular. Una persona con espasticidad extrema en las extremidades superiores solía tener dificultades para alimentarse por sí misma, lo que la hacía sentirse muy frustrada y depender de otros para que la ayudaran.
Las estadísticas muestran que alrededor del 30% de las personas con trastornos neurológicos tienen espasticidad muscular extrema, lo que les dificulta hacer cosas cotidianas por sí mismos. Esta cifra demuestra lo común que es la espasticidad y cómo afecta a la vida diaria.
La espasticidad de los músculos también puede cansarlos. Los músculos se cansan rápidamente porque consumen más energía cuando se contraen todo el tiempo. Un ejemplo es que a alguien con rigidez le cueste caminar una distancia corta y necesite parar y descansar a menudo.
Muchas personas sufren ansiedad y tristeza porque se sienten atrapadas en cuerpos que no funcionan como antes. Cuando las personas evitan hacer cosas que antes disfrutaban por miedo a sentirse avergonzadas o frustradas, sus interacciones sociales pueden resentirse. Por ejemplo, un paciente dijo que evitaba los actos sociales porque le costaba moverse y le dolían los músculos agarrotados.
Las contracturas musculares se producen cuando los músculos y tendones se acortan para siempre, dificultando el movimiento de las articulaciones. La espasticidad también puede provocarlas. Esto puede provocar anomalías y dificultar aún más el movimiento. Cuando un paciente tiene contracturas en las manos, no puede sujetar nada, lo que le hace muy dependiente y perjudica su calidad de vida.
La rigidez muscular también puede dificultar el mantenerse erguido o sentarse recto, lo que puede ser doloroso y provocar otros problemas. Si no mantienes el cuerpo recto, puedes sufrir dolor de espalda y distensiones en otras partes. Una persona cuyos músculos lumbares estaban agarrotados tenía dolor constante y problemas para mantener la espalda recta, lo que le dificultaba trabajar y realizar otras tareas cotidianas.
Dolor y molestias asociados
La rigidez muscular suele ir acompañada de dolor y molestias. Los músculos pueden irritarse y doler por la tensión constante. Imagina tener un calambre muscular que no desaparece. Eso es lo que sufren a diario muchas personas con espasticidad. El dolor puede estar localizado en ciertos lugares o ser más generalizado, afectando a muchos grupos musculares.
La gente suele describir este dolor como punzante, quemante o tirante, y puede empeorar al moverlo o incluso al tocarlo. Una persona con espasticidad dijo que el dolor en las piernas era un dolor sordo y constante que a veces le impedía estar de pie o caminar.
Los espasmos musculares, que son contracciones musculares rápidas e incontrolables, son otra fuente de dolor. Estos espasmos pueden aparecer de repente, despertando al paciente con un dolor agudo y dificultando el sueño, el trabajo u otras actividades normales. Un paciente tenía problemas para dormir porque sus piernas sufrían muchos espasmos por la noche. Esto empeoraba su salud y bienestar en general.
El dolor también puede deberse a la pérdida de nervios o a la irritación causada por la espasticidad. Los mensajes inusuales del sistema nervioso pueden hacer que los músculos se contraigan demasiado, lo que puede irritar los nervios y causar dolor. Una persona que padecía espasticidad en los músculos del brazo dijo que tenía dolores punzantes a lo largo de las vías nerviosas, lo que hacía que le doliera mover el brazo.
Las úlceras por presión y otros problemas pueden producirse por estar inmóvil durante mucho tiempo y tener una mala postura. Cuando se ejerce una presión constante sobre determinadas partes del cuerpo, se interrumpe el flujo sanguíneo a la piel, dañando el tejido. A una persona con espasticidad grave que tuvo que permanecer en cama durante mucho tiempo le salieron úlceras por presión en la espalda y las caderas, lo que agravó aún más el dolor y le obligó a necesitar muchos cuidados.
Es importante no olvidar los efectos emocionales y mentales del dolor prolongado. Sentir dolor durante mucho tiempo puede provocar enfado, ansiedad y depresión. Los pacientes suelen sentirse indefensos, sobre todo cuando el dolor les impide disfrutar de la vida. Un paciente dijo que el dolor constante le hacía sentirse abrumado, lo que le restaba interés por las actividades sociales y de ocio.
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¿Qué causa la espasticidad muscular y qué ocurre en el cuerpo?
Los daños en el sistema nervioso central dificultan la comunicación normal entre el cerebro y los músculos. Esto provoca rigidez muscular. Esto puede ocurrir por esclerosis múltiple, lesiones medulares, accidentes cerebrovasculares, parálisis cerebral y lesiones cerebrales graves. Si estas vías están bloqueadas, las señales que controlan el movimiento muscular se entremezclan, lo que hace que los músculos se contraigan y permanezcan rígidos sin que la persona lo desee.
El ácido gamma-aminobutírico (GABA) suele impedir que los músculos trabajen demasiado, pero cuando no funciona bien, los músculos siguen recibiendo señales para contraerse. Esto hace que los músculos se vuelvan más fuertes, lo que provoca que se agarroten y se contraigan. Además, la sobreestimulación de los receptores musculares provoca una contracción persistente y resistencia al estiramiento, lo que empeora aún más la situación.
Este movimiento muscular constante consume más energía, lo que hace que los músculos se cansen y duelan. Los músculos doloridos también pueden sufrir contracturas, que son acortamientos duraderos de los músculos que dificultan el movimiento de las articulaciones. Los músculos que están constantemente tensos pueden ejercer presión sobre los nervios, lo que puede provocar más dolor y agujetas. Comprender estos procesos es importante para encontrar buenas formas de ayudar a las personas con rigidez muscular.
Resumen del impacto de la espasticidad muscular en la vida diaria
La espasticidad muscular afecta significativamente a la movilidad y las actividades cotidianas, dificultando caminar, vestirse y realizar tareas rutinarias. Provoca dolor, malestar y fatiga, lo que afecta a la calidad de vida en general. Los efectos emocionales y psicológicos, como la ansiedad y la depresión, son frecuentes debido a las limitaciones impuestas por la espasticidad. La enfermedad puede provocar contracturas musculares y dolor articular, lo que complica aún más el movimiento y la independencia.
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